jueves, 5 de febrero de 2009

Para armar...

"En el entérsico amanecer del inambeo, se alguerbía un ejército de sargos, más bien ínvotes de tanto calor"

No no no...   Debo estar haciendo algo mal. Mejor desmonto lo último y... No. Mejor volveré a intentarlo desde cero...

"Se despabulaban a ambos lados del síncono, como si el engombar de las sótipas les produjera un tíbade de jeribampos"

Mmm...  Esto va de mal en peor... ¿Quizá este paquete venga incompleto? ¿O las piezas mal?  Lo intentaré una última vez, y si no resulta, iré a cambiar este producto...   O le echaré un ojo al instructivo...

. . .

Paseaba por los anaqueles del supermercado, un miércoles por la tarde. Más bien aburrido y desganado. El trabajo había sido igual que otros días: a la mañana los burócratas y clientes estresados y urgidos por resolver seis o siete o más pendientes a la vez; a medio día, responder la correspondencia y realizar las llamadas telefónicas de rutina; y después de la hora de la comida, apenas había movimiento en el lugar, sólo restaba esperar a que fueran las 5 en punto para poder abandonar el lugar.
Con esa falta de interés caminaba por el pasillo de las revistas, en dirección al departamento de productos de aseo personal, para comprar unos enseres menores que hacían falta en casa, cuando vi el curioso paquete en un exhibidor. En una caja de acabado satinado, se podía ver la foto de un objeto de apariencia plástica con la forma de un libro de varias hojas, abierto, mostrando un par de páginas en donde se descubrían varias líneas de tinta negra simulando palabras que formaban oraciones. Después de acercarme y ver la caja más de cerca, vi que junto a ella habían más empaques similares, pero con diferentes imágenes, y tamaños. En las otras cajas también se mostraban libros, como en la primera caja que había llamado mi atención, pero de diferentes colores. Luego vi que en cada caja se leían diferentes géneros de la literatura: "Ciencia Ficción", "Fantástico", "Didáctico" y "Poético" son los productos que puedo recordar en este momento. Tomé el "Fantástico", con un libro de pastas azules ilustrado en el frente de su empaque, luego seguí mi recorrido por la tienda, en busca de lo que originalmente me hacía falta, y finalmente me dirigí a la caja para pagar los artículos que había tomado.
El trayecto a la casa me parció eterno. Cuando finalmente llegué, corrí a la mesa del comedor y saqué la caja que recién había adquirido. "Arme su propia historia" se leia en la parte posterior del empaque, así como también se mostraba la fotografía de un par de manos tomando palabras de los recipientes plásticos de la caja ensamblando el texto sobre el libro de pastas azules. ---Parece fácil--- me dije. Cuidadosamente retiré la cinta adhesiva que sellaba el empaque por una de sus tapas, y abrí la caja, intentando no maltratar las pestañas de la tapa. Dentro había una caja un poco más pequeña, pero de cartón rojo, a forma de contenedor, e insertados en unas pequeñas muescas de la caja roja se acomodaban 2 recipientes de plástico transparentes grandes y dos un poco más pequeños. Dentro de los recipientes habían bolsas de plástico con pequeños orificios, y dentro se podían observar las palabras negras. A través de los recipientes plásticos se podía observar el libro de pastas plásticas azules, donde se ensamblan las palabras, y un cuadernillo más, que observándolo más detenidamente me pude dar cuenta que se trataba del instructivo. No le di importancia a éste último y empecé a abrir desesperadamente las pequeñas bolsas plásticas que contenían las palabras y saqué el libro de pastas azules de su bolsa sellada de plástico transparente...